
Luego
nos encontramos bebiendo la salvia eotenio en el café tradicional más
cercano de Kareos con el sencillo y bondadoso Padre Charalambis, quien
en pleno invierno usaba pantuflas sin calcetines y, para ser sinceros,
tenía ganas de una buena conversación.
Nos
acompañaba un niño pequeño de Athonia con su cabecita, huérfano de
padre, a quien obsequiamos con un pastel de queso caliente...
—¿Qué dicen, niños? —continuó el Padre Charalambis—. San Paisio nos contó cómo...
"A los niños huérfanos a quienes el padre no acaricia, Dios los acaricia"...
Extracto del libro: 📙 "EN EL ABISMO CON VISTAS AL PARAÍSO" (Padre Dionisio Tabakis)